miércoles, 3 de noviembre de 2010

MUY RECOMENDABLE

El artículo que os mostramos a continuación es un resumen elaborado por Ane, enfermera de nuestra Unidad, sobre una entrevista que el periódico “La Vanguardia Digital” realizó al Dr. Mario Alonso Puig, médico y miembro de la New York Academy of Sciences.

"Hasta ahora lo decían los iluminados, los meditadores y los sabios; ahora lo dice también la ciencia. Son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean nuestro mundo. Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro.
La zona prefrontal del cerebro, donde tiene lugar el pensamiento mas avanzado, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.

EL PENSAMIENTO y LA PALABRA son una forma de ENERGÍA VITAL, que tiene la capacidad de interactuar con el organismo y producir cambios físicos profundos.
Se ha demostrado científicamente que un minuto centrándonos en un pensamiento negativo afecta al sistema inmunitario comprometiéndolo durante aproximadamente seis horas.
El agobio permanente produce cambios importantes en el funcionamiento del cerebro y del sistema hormonal, lesionando neuronas relacionadas con la memoria y el aprendizaje localizadas en el HIPOCAMPO.
Un valioso recurso contra la preocupación y la angustia es concentrar nuestra atención en la respiración abdominal que tiene por si sola la capacidad de producir cambios en el cerebro favoreciendo la secreción de hormonas como la serotonina y las endorfinas. Tenemos que eliminar el foco de atención de esos pensamientos que nos producen tristeza, preocupación, e ira y centrarnos en la RESPIRACIÓN, que es capaz de serenar nuestro estado mental.
Siempre encontraremos motivos para justificar nuestro mal humor, estrés y tristeza, pero cuando decidimos hablarnos a nosotros mismos de forma mas positiva, moldeamos nuestras emociones que a su vez cambian nuestras percepciones de lo que nos rodea.

Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos podemos cambiar, la aceptación es el núcleo de la transformación”.

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