jueves, 19 de enero de 2017

CRÍTICA DE CINE; Vuelta a casa de mi madre.

Estamos ante una producción francesa del año 2016 dirigida por Éric Lavaine y protagonizada entre otros por Josiane Balasko, Alexandra Lamy, Mathilde Seigner, Philippe Lefebvre, Jérome Commandeui, Cécile Rebboah y la colaboración especial de Didier Flamand.
Se trata de una comedia con tintes dramáticos de 1 hora y 37 minutos de duración no recomendada para menores de 7 años.
En cuanto al argumento decir que es la historia de Stephanie, quien a sus 40 años se ve obligada a regresar a casa de su madre. Ésta la recibe encantada, pero lleva una vida independiente y tener a su hija en casa es una complicación.
Las dos tendrán que armarse de paciencia en esta nueva etapa juntas. Han vuelto a un mundo de alto riesgo: la familia porque también están implicados los hermanos.
La película ha sido número 1 en taquilla durante semanas en Francia con más de 2 millones de espectadores.
Stephanie está divorciada. Se ex marido se ha casado con otra, Muriel. Ésta espera un hijo, que será un hermanito para Leo, el hijo de Stephanie. No tiene problemas para verlo porque se lleva bien con su ex pareja.
Stephanie tiene dos hermanos, Carol y Nicolás, que es conocido por todos más por el apelativo cariñoso de Nico. Éste está soltero y Carol está casada con Alain, a quien trata muy mal y con quien vive en una continua discusión hasta que Alain se harta y la abandona. Se reconciliarán gracias a un SMS que le envía Stephanie a Alain haciéndose pasar por Carol. Es una demostración del buen corazón que tiene Stephanie.
Los tres hermanos se reúnen para una cena por iniciativa de la madre, Jacqueline, que quiere presentarles a su nuevo amor, Jean. Está viuda desde hace 1 año y la critican los hijos por lo pronto que ha rehecho su vida, pero a ella le da igual por esa vida independiente que lleva, de lo que no podían escapar las relaciones amorosas.
La cena es una discusión permanente. Jacqueline dejará la presentación de su pareja para otra ocasión más pacífica.
Entre otras cosas Carol y Nico reprochan a Stephanie que haya tirado las cosas de su padre para ganar una habitación, menos una bicicleta estática. Curiosamente también ha tirado cosas de ella y de sus hermanos y se ha quedado sólo con unos dibujos de niñas de ella y Carol. Carol compartirá con mucha ilusión esos dibujos porque le recuerdan gratamente a su infancia. Es lo único bueno que sacan de haber tirado Stephanie tantas cosas a la basura.
Stephanie es arquitecta urbanista y tenía un estudio con un cliente prácticamente único que quebró, y el estudio con él. Lo tenía a medias con Charlotte, su amiga de siempre, o eso creía Stephanie. Ésta ha perdido su piso, su casa de la playa y su coche. Y todo el dinero. No le queda absolutamente nada, de ahí la solución de emergencia de volver a la casa de la madre, por estricta necesidad.

Su hermano Nico le presta 2000 euros para ir tirando mediante un cheque al portador. Carol también le promete dinero, además de darse cuenta de que Charlotte hizo trampas al vender las acciones al saber que el estudio quebraría para montar una casa de huéspedes en un pueblo llamado Carcasón.
De esto se da cuenta mirando los papeles que revisa una y otra vez Stephanie y sus fotocopias. La madre pone toda la atención del mundo a este hecho y decide tomar la determinación de ver a Charlotte y decirle lo que sabe de las acciones, y que está dispuesta a tomar todas las acciones legales pertinentes para asumir su responsabilidad.
Charlotte tiene la casa de huéspedes que quería y además una lujosa casa con impresionantes vistas. Jacqueline le dice que le dé la casa a su hija y se vaya a vivir a la casa de huéspedes, cosa a la que accede para evitar males mayores.
En la casa de Charlotte, ya de Stephanie, se celebrará un almuerzo donde podrán conocer por fin al nuevo amor de su madre, Jean.
Los hijos quieren llevar a la madre al Profesor y Doctor Vernier, experto en neurología, porque dicen que padece pérdidas de memoria y quizás por ella tenga un principio de Alzheimer. Jacqueline no quiere y al final se sale con la suya.
Estamos ante una comedia dramática amable, muy bien interpretada y con todos los elementos bien engarzados.

El guión, la adaptación y los diálogos son de Héctor Cabello Reyes y Éric Lavaine, el director de la cinta.
La fotografía es estupenda, obra de François Hernández.
El montaje, que tiene un ritmo muy acertado, es obra de Vincent Zuffranieri.
El vestuario, muy ajustado, es trabajo de Brigitte Faur-Perdigou.
La directora de arte, que hace un buen trabajo, es Isabelle Quillard.
Las músicas originales, muy alegres, son obra de Fabien Cahen.La producción es múltiple. Participa, entre otros muchos, Canal + Francia.
La distribución es de Pathé.
Los coproductores son Romain Le Grand y Vivien Aslanian.
Y el productor es Vincent Roget.
Sirva esta relación abreviada de colaboradores para entender el proceso complejo que supone la realización de una película.
La cinta, por desgracia como le pasa a muchas otras, no ha tenido publicidad. Estaba solo en la sala cuando fui a verla.
Considero que es una buena película y le concedo en consecuencia tres estrellas. La película no tiene grandes pretensiones y es ésa una de sus grandes virtudes. Vayan a verla. Y pronto. Salud y suerte.

Calificación:  



José Cuadrado Morales

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